miércoles, 12 de junio de 2013

DEPORTES



El balón también tiene su historia

Por: Andrés Valerio Sarmiento


Uno de los deportes con más seguidores a nivel mundial es el fútbol. Definitivamente ha cambiado mucho en relación a reglamentos, vestimenta y jugadas. Pero ¿qué sería del fútbol sin un balón? Lo importante que es una pequeña bola de cuero y aire rodando en una cancha de 100 metros de longitud por 64 metros de anchura. Nada se compara a ver a miles de almas unidas por el simple y emocionante hecho de ver cómo el balón rompe las redes de la portería, momento en que todas las voces se unen  al grito de ¡gol!

El balón de futbol ha tenido muchas transformaciones a lo largo de la historia. La antigua China utilizaba hace 25 siglos atrás, como práctica para el ejército, un juego que consistía en pegarle a una pelota de cuero crudo rellena de crines.

Más adelante tanto griegos como romanos usaban vejigas de cerdo infladas. En 1870 tras los nuevos cambios surgidos por la industrialización, la esfera de goma sustituyó por completo a los modelos anteriores de pelotas.

Para 1880, en Inglaterra, un artesano creó la pelota de futbol de cuero. Estaba dividida en gajos, era cosida a mano y contaba con un tiento por el cual se le inflaba.
Las primeras reglas de la asociación de futbol de 1863 no especificaban estándares para los balones, aunque una revisión de 1872 definió que los balones debían tener forma esférica, una circunferencia de entre 27 y 28 pulgadas (68, 58 y 71, 12 centímetros respectivamente) y un peso de 13 y 15 onzas (368.5 y 425.2 gramos aproximadamente). Los requisitos se han mantenido prácticamente iguales hasta la actualidad.

Desde ese entonces los únicos cambios importantes han sido en cuanto a los materiales de fabricación y la forma de los gajos con el balón que se cosían a mano desde su interior y luego el revestimiento total se cocía desde el exterior dejando una caracterizada costura a la vista, el balón Goddyear presentaba gajos similares a los de las actuales pelotas de baloncesto. Durante 1950 Richard Buckminster diseñaría Buckyball, la cual tenía sus gajos según la estructura de 20 hexágonos y 12 pentágonos ya que las antiguas pelotas tenían el defecto de absorber el agua, pero esto fue solucionado hasta el año de 1960 con la introducción de los balones 100% de cuero sintético.
A partir de 1980 un equipo de ingenieros de Japón, Alemania y México retoma la idea de Goodyear y así nacen los balones laminados. Los balones laminados sobresalen por su resistencia a la humedad y larga vida útil. 

Llegando a nuestro país en 1931 el futbol, según las referencias conocidas por los marineros ingleses que arribaron en las costas del puerto de Callao,  cuentan sobre las problemáticas que había con los balones  ya que eran totalmente deformes haciendo que no rodaran bien y que se volvieran indominables. Es de suponer que a través de mucho tiempo giró en la mente de muchos aficionados o personas ligadas a la práctica de este deporte, la idea de solucionar tales inconvenientes mediante la invención de un sistema que posibilitara crear un balón perfectamente redondo y armonioso, que no perdiera precisión ni rebotara hacia cualquier lado, y cuyo diseño  permitiera ser dominado a voluntad por el jugador.

En 1999 se encontró una pelota de cuero y aproximadamente se le calcula con unos 450 años de edad. Fue encontrado en las vigas del dormitorio de María Estuardo en el Castillo de Stirling en Escocia, la reina solía arrojar el balón desde su balcón al inicio de los partidos disputados entre el personal de la casa real y los soldados. En realidad nadie sabe con certeza cómo quedó atrapado entre las vigas, pero los rumores dicen que quedó atascado al ser pateado a través de la ventana abierta.

No obstante, en Alemania 2006 apareció el Teamgeist, palabra en alemán que significa "espíritu de equipo". Principalmente destaca su fabuloso diseño esférico, presenta una configuración absolutamente innovadora de 14 paneles (frente a los 32 de antaño), por lo cual la superficie exterior es completamente lisa y esférica. Por tal motivo la precisión, tanto en el disparo como en el control del balón, ha experimentado una notable mejoría.
Los balones seguirán evolucionando, mejorando, nuevas marcas y diseños revolucionarios llegarán, hay quién dice que algún día los balones tendrán cámaras integradas para tener una mejor visión de juego. Por el momento esperamos con ansias el nuevo balón oficial para el Mundial del 2014 en Brasil.

Hasta en las pelotas, no queda más que actualizarse o morir.

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